Cuando nacemos, nuestros padres nos dicen que somos el regalo más
hermoso que Dios les ha otorgado. De igual manera ellos son para nosotros el regalo más grande que Dios nos ha
dado y
eso hay que agradecerlo siempre.
Estos maravillosos seres, que están siempre cerca, amándonos,
cuidándonos, enseñándonos son nuestros mejores guías, ayudantes, consejeros,
todo esto y mucho más.
¿Qué
aprendemos en la familia?
• La familia es
la primera escuela de amor. En ella aprendemos a sentirnos aceptados, amados y
queridos. También aprendemos a valorar a nuestros padres y hermanos por el
modelo que nos ofrecen ellos.
• En la familia
nos formamos el concepto y la estima que nos tenemos a nosotros mismos: si nos
sentimos aceptados y apreciados por nuestros padres y hermanos, desarrollaremos
una estima positiva de nosotros mismos; si no nos sentimos aceptados y queridos
como somos, probablemente manifestaremos una baja estima, inseguridad y mal
comportamiento porque no nos sentimos como personas dignas y valiosas.
• La familia es
una escuela de valores. En ella aprendemos a apreciar y a valorar lo que es
importante para nuestra vida: el respeto, la honestidad, la responsabilidad, el
amor, la amistad, el hablar con la verdad, la honradez, la ayuda mutua, la
solidaridad entre todos…
• En la familia
adquirimos nuestra propia identidad, tenemos un nombre propio y un
apellido, ocupamos un lugar, nos hacemos únicos, exclusivos e irrepetibles.
Aprendemos y conservamos nuestras raíces, tradiciones, símbolos y costumbres
familiares; lo que nos da también identidad como familia.
• En la familia
formamos primeramente nuestro carácter y personalidad. Aprendemos el esfuerzo,
la constancia, la lucha contra las adversidades, la fuerza de voluntad, el orden
y la disciplina.
• Es en la
propia familia en donde nos vamos definiendo como persona, lo que somos y lo
que queremos ser. En la familia vamos construyendo nuestros propios proyectos
de vida con el apoyo de nuestros padres y hermanos.
• En la familia aprendemos a dar sentido y trascendencia a nuestras vidas.
Aprendemos a tener fe y esperanza en el ser humano y en el mundo. Aprendemos a
valernos por nosotros mismos.
·
En la familia aprendemos a convivir, a aceptarnos los
unos a los otros en nuestra diversidad, a ser flexibles y tolerantes, a
resolver nuestras diferencias a través del amor, el aprecio, el diálogo y la
paz.
• En la familia
aprendemos a perdonar y a recibir perdón; a agradecernos lo que hacemos los
unos por los otros; a reconciliarnos; a afrontar juntos los momentos difíciles;
a sentir la comprensión y el apoyo que necesitamos.
• En la familia
aprendemos a apreciar y valorar lo que está bien y a diferenciarlo de lo que está mal; lo que es correcto y lo que es
incorrecto. Lo que dignifica al ser humano y lo que lo humilla y lo degrada.
• La familia nos
proporciona los principios éticos fundamentales y los valores universales como
el respeto a las personas y a su dignidad, el no disponer de lo que no es nuestro, el decir la verdad, el proceder con honestidad… para conducirnos en la vida
como seres humanos de bien.
• Finalmente, y
entre otras muchas cosas, la familia nos ofrece los primeros modelos de cómo
tratar y valorar el ser humano.
La unión
familiar no se plasma en una fotografía, se va tejiendo todos los días con
pequeños detalles de cariño y atención, sólo así demostramos un auténtico
interés por cada una de las personas que viven con nosotros.