sábado, 22 de octubre de 2011

Confía en tus fuerzas


Confía en las cosas que te inspiran.
Confía en las cosas que te dan felicidad.
Confía en los sueños que siempre has anhelado y déjalos hacerse realidad.
La vida no hace promesas sobre lo que te reserva el futuro.
Debes buscar tus propios ideales y animarte a cumplirlos.
La vida no te ofrece garantías sobre lo que tendrás.
Pero te ofrece tiempo para decidir que buscas y arriesgarte a encontrarlo y a revelar algún secreto que encuentre en tu senda.
Si tienes voluntad para hacer buen uso del talento y de los dones que son sólo tuyos; tu vida estará llena de tiempos memorables y de inolvidable alegría.
Nadie comprende el misterio de la vida o su significado, mas para aquellos que deciden creer en la verdad de lo que sueñan y en sus fuerzas, la vida es un singular regalo y nada es imposible.

domingo, 1 de mayo de 2011

Los niños aprenden lo que viven

Si los niños viven con la crítica, aprenden a condenar.
Si los niños viven con hostilidad, aprenden a pelear.
Si los niños viven con miedo, aprenden a ser desconfiados.
Si los niños viven con lástima, aprenden a compadecerse a sí mismos.
Si los niños viven con ridiculez, aprender a ser tímidos.
Si los niños viven con celos, aprenden qué es la envidia.
Si los niños viven con vergüenza, aprenden a sentirse culpables.



*
Pero, si los niños viven con tolerancia, aprenden a ser pacientes.
Si los niños viven con estímulos, aprenden a ser confiados.
Si los niños viven con elogios, aprenden a apreciar.
Si los niños viven con aprobación, aprenden a quererse a sí mismos.
Si los niños viven con aceptación, aprenden a encontrar amor en el mundo.
Si los niños viven con reconocimiento, aprenden a tener un objetivo.
Si los niños viven compartiendo, aprenden a ser generosos.
Si los niños viven con honestidad y equidad, aprenden qué es la verdad y la justicia.
Si los niños viven con seguridad, aprenden a tener fe en sí mismos y en quienes los rodean.
Si los niños viven en la amistad, aprenden que el mundo es un bello lugar para vivir.

martes, 1 de febrero de 2011

Comunicación con Dios


La oración de los cinco dedos



1. El dedo pulgar es el que está más cerca de ti. Así que comienza orando por aquellos que están más unidos a ti. Son los más fáciles de recordar. Orar por los que amamos es "una dulce tarea."

2. El próximo dedo es el índice: Ora por los que enseñan, instruyen y curan. Ellos necesitan apoyo y sabiduría al conducir a otros por la dirección correcta. Mantenlos en tus oraciones.

3. El siguiente dedo es el más alto. Nos recuerda a nuestros líderes, a los gobernantes, a quienes tienen autoridad. Ellos necesitan la dirección divina.


4. El próximo dedo es el del anillo. Sorprendentemente, este es nuestro dedo más débil. El nos recuerda orar por los débiles, enfermos o afligidos por problemas. Ellos necesitan tus oraciones.


5. Y finalmente tenemos nuestro pequeño dedo, el más pequeño de todos. El menique debería recordarte orar por ti mismo. Cuando hayas terminado de orar por los primeros cuatro grupos, tus propias necesidades aparecerán en una perspectiva correcta y estarás preparado para orar por ti mismo de una manera más efectiva.