sábado, 20 de octubre de 2012

Tú eres especial y necesario


Donde quiera que te encuentres y quien quiera que seas; quiero que estés seguro que tu eres un ser sumamente especial.

Llevas contigo muchas cosas que quizás desconoces que posees, porque no te detienes en tu cotidiano afán a buscar dentro de ti mismo, lo bueno que puedas brindar.

Otros no tienen lo especial que hay en ti, porque solamente a ti se te ha dado para que lo compartas debidamente.

Desde el instante en que se te ha permitido la vida, has pasado a formar parte del inmenso rompecabezas que juntos debemos amar y en donde nadie esta de mas ni de menos.

No hay un ser que lleva la vida en vano, todos tenemos una misión especial y cada cual le corresponde descubrirla y llevarla a cabo de la mejor manera.

Tú no lo dudes, eres indispensable y especial.

martes, 26 de junio de 2012

Un regalo de Dios

Cuando nacemos, nuestros padres nos dicen que somos el regalo más hermoso que Dios les ha otorgado. De igual manera ellos  son para nosotros el regalo más grande que Dios nos ha
 dado y eso hay que agradecerlo siempre.

Estos maravillosos seres, que están siempre cerca, amándonos,
cuidándonos, enseñándonos  son nuestros mejores guías, ayudantes,  consejeros, todo esto y mucho más.

¿Qué aprendemos en la familia?

La familia es la primera escuela de amor. En ella aprendemos a sentirnos aceptados, amados y queridos. También aprendemos a valorar a nuestros padres y hermanos por el modelo que nos ofrecen ellos.

En la familia nos formamos el concepto y la estima que nos tenemos a nosotros mismos: si nos sentimos aceptados y apreciados por nuestros padres y hermanos, desarrollaremos una estima positiva de nosotros mismos; si no nos sentimos aceptados y queridos como somos, probablemente manifestaremos una baja estima, inseguridad y mal comportamiento porque no nos sentimos como personas dignas y valiosas.

La familia es una escuela de valores. En ella aprendemos a apreciar y a valorar lo que es importante para nuestra vida: el respeto, la honestidad, la responsabilidad, el amor, la amistad, el hablar con la verdad, la honradez, la ayuda mutua, la solidaridad entre todos…

En la familia adquirimos nuestra propia identidad, tenemos un nombre propio y un apellido, ocupamos un lugar, nos hacemos únicos, exclusivos e irrepetibles. Aprendemos y conservamos nuestras raíces, tradiciones, símbolos y costumbres familiares; lo que nos da también identidad como familia.

En la familia formamos primeramente nuestro carácter y personalidad. Aprendemos el esfuerzo, la constancia, la lucha contra las adversidades, la fuerza de voluntad, el orden y la disciplina.
Es en la propia familia en donde nos vamos definiendo como persona, lo que somos y lo que queremos ser. En la familia vamos construyendo nuestros propios proyectos de vida con el apoyo de nuestros padres y hermanos.
En la familia aprendemos a dar sentido y trascendencia a nuestras vidas. Aprendemos a tener fe y esperanza en el ser humano y en el mundo. Aprendemos a valernos por nosotros mismos.

·  En la familia aprendemos a convivir, a aceptarnos los unos a los otros en nuestra diversidad, a ser flexibles y tolerantes, a resolver nuestras diferencias a través del amor, el aprecio, el diálogo y la paz.

En la familia aprendemos a perdonar y a recibir perdón; a agradecernos lo que hacemos los unos por los otros; a reconciliarnos; a afrontar juntos los momentos difíciles; a sentir la comprensión y el apoyo que necesitamos.

En la familia aprendemos a apreciar y valorar lo que está bien y a diferenciarlo de lo  que está mal; lo que es correcto y lo que es incorrecto. Lo que dignifica al ser humano y lo que lo humilla y lo degrada.

La familia nos proporciona los principios éticos fundamentales y los valores universales como el respeto a las personas y a su dignidad, el no disponer de lo que no es nuestro, el decir la verdad, el proceder con honestidad… para conducirnos en la vida como seres humanos de bien.

Finalmente, y entre otras muchas cosas, la familia nos ofrece los primeros modelos de cómo tratar y valorar el ser humano.


La unión familiar no se plasma en una fotografía, se va tejiendo todos los días con pequeños detalles de cariño y atención, sólo así demostramos un auténtico interés por cada una de las personas que viven con nosotros.

sábado, 25 de febrero de 2012

Los colores del arco iris




Érase una vez en que los colores del mundo comenzaron a reñir. Todos reclamaban que ellos eran el mejor, el más importante, el más útil, y el favorito.
El Verde dijo, "Claramente yo soy el más importante. Soy el signo de vida y de esperanza. Fui escogido para el pasto, los árboles y las hojas. Sin mí, todos los animales morirían. Miren el campo y verán que yo estoy en la mayoría."
El Azul interrumpió, "Ustedes solo piensan de la tierra, pero consideren los cielos y el mar. Es el agua la que es la base de la vida y es elevada por las nubes del mar profundo. El cielo da espacio y paz y serenidad, sin mi paz Ustedes todos serían nada."

El Amarillo se rió, "Ustedes son todos tan serios. Yo traigo risa, regocijo, y calor al mundo. El sol es amarillo, la luna es amarilla, las estrellas son amarillas. Cada vez que mire un girasol el mundo entero empieza a reír. Sin mí no habría diversión."
El Naranja próximo empezó a tocar su trompeta. "Yo soy el color de la salud y la fortaleza. Puedo ser escaso, pero soy precioso porque sirvo las necesidades de la vida humana. Llevo las más importantes vitaminas. Piensen en las zanahorias, las calabazas, naranjas, mangos, y papayas. Yo no ando rondando por ahí todo el tiempo, sino cuando lleno el cielo a la salida y puesta del sol, mi belleza es tan notable que ninguno da otro pensamiento a ninguno de Ustedes."
El Rojo no podía aguantar por más tiempo, gritó, "Yo soy el regente de todos Ustedes! Soy sangre — la sangre de la vida! Soy el color de la valentía. estoy dispuesto a pelear por una causa. Traigo fuego en la sangre. Sin mí, la tierra estaría tan vacía como la luna. Soy el color de la pasión,  del amor y de la rosa roja."
El Púrpura se levantó a su plena altura. Era muy alto y habló con gran pompa. "Soy el color de la realeza y del poder. Los reyes, jefes, y obispos me han siempre escogido a mí, porque soy el signo de autoridad y sabiduría. La gente no me cuestiona! ellos escuchan y obedecen."
Y así los colores fueron jactándose, cada uno convencido de su propia superioridad. Su riña se puso cada vez más ruidosa. Súbitamente hubo un relámpago de luz brillante, el trueno tronó y retumbó.

La lluvia empezó a caer sin clemencia. Los colores se agacharon de miedo, acercándose los unos a los otros para confortarse. En medio del clamor, la lluvia empezó a hablar:

"Ustedes  colores, peleándose entre ustedes, cada uno tratando de dominar al resto". ¿No saben que cada uno de Ustedes fue hecho con un propósito especial, único y diferente? Únanse de las manos y vengan conmigo...
Haciendo como a ellos se les dijo, los colores se unieron y unieron sus manos. La lluvia continuó: "De ahora en adelante, cuando llueva, cada uno de Ustedes se estirará a través del cielo en un gran arco de color como un recordatorio de que Ustedes todos pueden vivir en paz.
 Y así, siempre que una buena lluvia lava al mundo, y un arco iris aparece en el cielo...

"El Arco iris es un signo de esperanza para el mañana."


viernes, 13 de enero de 2012

LAS SEMILLAS

Hubo una vez cuatro semillas amigas que llevadas por el viento fueron a parar a un pequeño claro de la selva. Allí quedaron ocultas en el suelo, esperando la mejor ocasión para desarrollarse y convertirse en un precioso árbol.

Pero cuando la primera de aquellas semillas comenzó a germinar, descubrieron que no sería tarea fácil. Precisamente en aquel pequeño claro vivía un grupo de monos, y los más pequeños se divertían arrojando plátanos a cualquier planta que vieran crecer. De esa forma se divertían, aprendían a lanzar plátanos, y mantenían el claro libre de vegetación.

Aquella primera semilla se llevó un platanazo de tal calibre, que quedó casi partida por la mitad. Y cuando contó a las demás amigas su desgracia, todas estuvieron de acuerdo en que lo mejor sería esperar sin crecer a que aquel grupo de monos cambiara su residencia.
Todas, menos una, que pensaba que al menos debía intentarlo. Y cuando lo intentó, recibió su platanazo, que la dejó doblada por la mitad. Las demás semillas su unieron para pedirle que dejara de intentarlo, pero aquella semillita estaba completamente decidida a convertirse en un árbol, y una y otra vez volvía a intentar crecer. Con cada nueva ocasión, los pequeños monos pudieron ajustar un poco más su puntería gracias a nuestra pequeña plantita, que volvía a quedar doblada.

Pero la semillita no se rindió. Con cada nuevo platanazo lo intentaba con más fuerza, a pesar de que sus compañeras le suplicaban que dejase de hacerlo y esperase a que no hubiera peligro. Y así, durante días, semanas y meses, la plantita sufrió el ataque de los monos que trataban de parar su crecimiento, doblándola siempre por la mitad. Sólo algunos días conseguía evitar todos los plátanos, pero al día siguiente, algún otro mono acertaba, y todo volvía a empezar.

Hasta que un día no se dobló. Recibió un platanazo, y luego otro, y luego otro más, y con ninguno de ellos llegó a doblarse la joven planta. Y es que había recibido tantos golpes, y se había doblado tantas veces, que estaba llena de duros nudos y cicatrices que la hacían crecer y desarrollarse más fuertemente que el resto de semillas. Así, su fino tronco se fue haciendo más grueso y resistente, hasta superar el impacto de un plátano. Y para entonces, era ya tan fuerte, que los pequeños monos no pudieron tampoco arrancar la plantita con las manos. Y allí continuó, creciendo, creciendo y creciendo.

Y, gracias a la extraordinaria fuerza de su tronco, pudo seguir superando todas las dificultades, hasta convertirse en el más majestuoso árbol de la selva. Mientras, sus compañeras seguían ocultas en el suelo. Y seguían como siempre, esperando que aquellos terroríficos monos abandonaran el lugar, sin saber que precisamente esos monos eran los únicos capaces de fortalecer sus troncos a base de platanazos, para prepararlos para todos los problemas que encontrarían durante su crecimiento.