sábado, 20 de febrero de 2016

El carpintero

Un carpintero, estaba a punto de pensionarse. Contó a su jefe sus planes de dejar el trabajo para dedicar más tiempo a su familia. Claro que echaría de menos el sueldo mensual, pero sentía que tenía que parar.
 El dueño de la empresa se mostró apesadumbrado al saber que perdería a uno de sus mejores empleados, pero le pidió, como un favor especial, que construyese una última casa.
El carpintero accedió por compromiso, para complacer a su jefe. Pero su mente y su corazón no estaban en el trabajo. No puso mucho esmero, ni entusiasmo en el trabajo, como en otras épocas; no cuidó los detalles y usó materiales de calidad dudosa. Fue una manera lamentable de concluir su carrera.
Cuando el trabajo estuvo terminado, el jefe vino a inspeccionar la casa  y entregó al carpintero la llave de la puerta principal.
Querido amigo, ésta casa es tuya. Es mi regalo por todos los esfuerzos que pusiste en la empresa.
 El carpintero quedó mudo. Si hubiera sabido que estaba construyendo su propia casa, la hubiera hecho con absoluta dedicación.

Así es la vida: En todo lo que hagas, piensa que lo estás haciendo en primer lugar para ti mismo.
 Muchas veces, no damos lo mejor en nuestro trabajo, a nuestra familia, a nuestros amigos  y no nos damos cuenta  que tenemos la vida que nosotros mismos hemos construido…
¡Construyámosla con sabiduría!

No hay comentarios: